- El vigésimo primer día practicamos la concentración en secuencias donde los números siguen un orden opuesto. Por ejemplo: 16, 15, 14, 13, 12, 11, 10. Los números que componen la secuencia debe estar comprendido entre 1 y 31 (es el número máximo de días en un mes). Así que tenemos a nuestra disposición 31 números. Confiemos en nuestra intuición en la elección de los números para la composición de la secuencia.
- La secuencias: de siete dígitos: 8153517; de nueve dígitos: 589148542
- Miremos como va bajando el Río por la ladera de una montaña. Miremos cómo la nieve se derrite. Vamos a centrar nuestra atención en estas imágenes mentales que ya hemos visto con nuestros ojos. Vamos a descubrir que nuestro pensamiento no es diferente de nuestros ojos. Nuestra conciencia no se diferencía de nuestro cuerpo y veremos como nuestra alma construye nuestro cuerpo. No nos olvidemos de este descubrimiento. Llevémoslo de un segundo al siguiente, démoslo a otros. Del momento, creamos la eternidad. Vamos a edificarnos eternamente como si hubiéramos vivido antes, este proceso eterno de la creación es la vida eterna. Construyamos otros objetos a nuestro alrededor, de acuerdo al mismo principio. Construyamos mundos. Construyamos alegría, sembremos el grano y haremos el pan. Que haya herramientas, maquinarias, pero que las máquinas no hagan daño y no sean destructivas, y luego vamos a encontrar que ya estamos viviendo en este mundo que nos fue dado, y que las maquinas expresan a su creador y su conciencia. Detengamos la máquina si crean peligro. Restablezcamos el cuerpo cuando se enferme. Manifestemos la resurrección si alguien muere. No permitamos la muerte de otros. Nosotros somos los creadores, hay que tomar medidas y avanzar en armonía con todo el mundo, en armonía con toda la creación, en armonía con aquello que en algún momento en la eternidad será creado y en armonía con nosotros mismos.